sábado, 22 de noviembre de 2008

Fragmento de un texto del futuro

“…yo vivo, yo me dejo vivir, para que
Borges pueda tramar su literatura y esa
literatura me justifica”
(J. L. Borges)


"El Quijote —me dijo Menard— fue ante todo un libro agradable;
ahora es una ocasión de brindis patriótico, de soberbia gramatical,
de obscenas ediciones de lujo. La gloria es una incomprensión
y quizá la peor".
(Pierre Menard, autor del Quijote, 1945)



Le toco en suerte una época extraña, los textos biográficos hablan de un sudamericano país, con justicia olvidado. Nos enseño el laberinto, la conciencia del mundo, el universo incesante, la bala en el metal y en el pecho del valor, el tiempo disecado y conservado mágicamente, la imposibilidad del olvido, el algebra de la estética en la inteligencia, el vértigo del ingenio y del amor.
Sus enemigos no consiguen olvidarlo, sus seguidores conservan aún esa vana esperanza (dicen que para leerlo, una vez más, por primera vez).
Nadie lo juzga razonable, pero dicen que allí nació -cerca del rió inmóvil y la dilatada tierra- el enigmático hacedor del Aleph”.

A Jorge Luis Borges, Velazquez Pablo Leandro, primeros días de 2006

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